Recuerdo aquéllos tiempos en que la ciudad de Benidorm, se poblaba de ingleses y había que sortear las calles para que no te cayese un ciudadano de la pérfida albión desde un balcón. Había zonas completamente llenas de pubs ingleses, con ciudadanos británicos dentro, que llevaban la misma vida que en su país; hablaban con ingleses, iban a bares ingleses, comían comida inglesa y nunca usaban el español.No sabían decir ni pescado frito. También había italianos, alemanes, suizos, austríacos y otros ciudadanos europeos, que hacía difícil ver si se estaba en España o en otro país. Curiosamente, bebían y voceaban por las calles, con un comportamiento, totalmente distinto al que llevan en sus países.Fuera de España, hay ciudades que parecen monasterios cartujos, y hasta los perros parecen hermanos maristas. En España se transforman y se comportan como los malos del equipo A.
Ahora la cosa ha cambiado, y sobre todo en la zona de la Cala, lo que se ven son familias españolas con sus hijos, con una vida tranquila, caminando por el paseo marítimo vistiendo modestamente, sin lujos innecesarios y que sólo quieren disfrutar tranquilamente, sin meterse con nadie, ni llamar la atención. Tengo la sensación que esas familias que pasean por las playas, que van en verano y Semana Santa a Benidorm, haciendo un esfuerzo, son los que están sosteniendo España. Me he reconciliado con Benidorm. Además, en la playa de la Cala ya no hay tanta gente.
Creo que en Benidorm, y en otros lugares de España, se encuentran esas familias de clase media normal (en España, ya no hay clase media alta) que sostienen en España a los demás sinvergüenzas que los chulean. Son los lugares donde todavía se conserva la base de lo que sostiene España. Esa gente es despreciada por los "progres", políticos y "podemitas", que sólo defienden a los que tienen alguna tara, y no a la gente normal.
Hay casas donde aún se conservan, esas tradiciones españolas y aquéllos arquetipos que recogía Ibañez en la genial 13 Rue del Percebe. Arquetipos como el de la portera que tiene bilocación, siempre está en alguna puerta en el lugar oportuno al mismo tiempo; el moroso que nunca paga la comunidad, la propietaria del local del edificio, que tiene una tienda que te cobra la fruta a precio de oro, el vecino que se hace la terraza sin licencia. La familia con los niños que corren por la terraza. La vecina que siempre habla de que conoce a la reina Leticia y que te dice que es una chica muy sencilla. Es lo que llamo la reserva espiritual de Occidente.
A mí denme a estos, quédese usted con la Costa Azul, Portofino, Ibiza y todos sus millonarios, Estos últimos me aburren, aquéllos me divierten.
FDO: EXCMO. MARQUES DE CORDOBA
