viernes, 3 de agosto de 2012

Juegos olímpicos

Estimados lectores:

Aviso, para alegría de muchos, que me voy de vacaciones el domingo, así que el mes de agosto dejaré de escribir. Una vez hayan cesado en sus gritos de entusiasmo y hayan dejado de dar cabriolas de alegría (aquéllos a los que su edad y gobierno se lo permitan, que conozco a algunos "y no está el horno para bollos, ni excesos"), mi último artículo versará sobre los juegos olímpicos.

Como sabéis, ahora mismo se están desarrollando los juegos olímpicos en Londres. A mí los juegos olímpicos, nunca me han entusiasmado demasiado; es verdad, que en estas fechas con emsiones deleznables de televisión, donde la serie "Aquí no hay quién viva" la repiten tantas veces, y en tantas cadenas, que al pasar de una cadena a otra, el niño del presidente es un impúber en una cadena y en la otra ya está haciendo mili, se agradece ver un partido de hockey, o de baloncesto o de tenis. Además uno se acostumbra a ver deportes raros como "descenso de aguas bravas", "badminton" "halterofilia", que en otras condiciones no los ves ni bajo pena de excomunión.

Lo que no me gusta es que los deportes olímpicos se han convertido en un negocio que mueve millones, que en sus organismos tienen asentados a "lo peor de cada casa" y los árbitros que arbitran los partidos de equipo, no son de prestigio y parecen reclutados entre los clientes de un club de carreteras. Un Comité Olímpico que tiene entre sus miembros a Alberto de Mónaco... ..lo dice todo... ...supongo que al reclutarlo dirían: "Búscame un cuerpo Danone" y trajeron a Alberto porque tenía tanta grasa y era tan blandito como un yogur. Además, la elección de la sedes olímpicas es un "auténtico mamoneo", parece un concurso de "Tulipán", a causa de todas las persona que hay que untar. Londres, va por la tercera olimpiada y USA lleva unas cuantas celebradas en sus ciudades. Yo propongo que las celebren cada cuatro años en Londres y cada cuatro en Nueva York, y así sucesivamente, y que los demás países en la ceremonia de inauguración, nos limitemos a hacer un corro y a aplaudir cantando: "Se mueve, se mueve, como una palmera...", mientras bailan la familia real inglesa y Obama. Los sobornos los pueden envíar directamente a las cuentas corrientes de los miembros del Comité Olímpico.

En Londres, me informan, que no ha ido casi gente y que hay muchos asientos vacíos. Mentiría si dijese que no me alegro.  Como diría Giménez Caballero "el enemigo de mi enemigo es mi amigo".La ceremonia fue tan aburrida, que la Reina de Inglaterra, mientras se celebraba se quitaba los pellejitos de los dedos.

Además ya los deportes han alcanzado tal nivel, que ha convertido a los deportistas en vez de en personas saludables, en auténticos "monstruitos". El que salta altura es un espárrago, el que corre maratón o largas distancias parece un anciano prematuro que se alimenta en Biafra, son esqueléticos. Los que lanzan martillo o peso, son unos "gordinflas", uno no sabe si acaban así por dedicarse a ese deporte, o los eligen ya así para dedicarse al lanzamiento. Los nadadores parecen yunques depilados que al correr pierden el equilibrio por el peso de la espalda. Las gimnastas, son niñas "bonsai" a las que no dejan crecer. Los atletas de velocidad tienen tan infladas las piernas y los brazos que parece que se han caído en un panal. Además los cuerpos de algunos y algunas atletas son claro resultado de esteroides y hormonas. A Florence Grifith le cortas el pelo, y le pones una bombona, y es un repartidor de gas. En definitiva, el deporte lo han llevado a unos niveles que ya no es salud.

Todo eso ha hecho que no me entusiasmen las olimpiadas, pero he de decir, que es preferible verlas a presenciar cualquier programa de televisión. De los resultados de España, hablaremos a la vuelta de las vacaciones. ¡Feliz verano a todos!

FDO: EXCMO. SR. MARQUES DE CORDOBA.

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