martes, 10 de abril de 2012

Camino de Santiago

Estimados lectores:

Regreso del Camino de Santiago, después de haber caminado 115 Kms. aproximadamente, desde Sarria en Lugo hasta la Catedral de Santiago de Compostela en La Coruña. El camino lo realicé en 5 días, de etapas de unos 20 kms aproximadamente, unas veces 24, otras veces menos y una de unos 30 kms. Me había obligado a hacer el camino fruto de una promesa que había hecho; así que la promesa ya está cumplida: "omnia in bonum" y descanse la conciencia. Pasadas estas vacaciones, reanudamos el blog. Aunque sea saltarse el orden preestablecido, creo que toca hablar de mis experiencias sobre el camino, y así, y en amor a "la revolución pendiente", revolucionemos el orden y hablemos de lo hecho esta Semana Santa.

Para obtener el certificado de que se ha hecho la peregrinación a Compostela, es preciso, hacer los últimos 100 kms. a pie o a caballo o los últimos 200 en bicicleta. El carné del peregrino se obtiene en la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en la c/Carrretas de Madrid con menos de 1 mes de antelación y cuesta 2 euros. En dicho carné, se van poniendo el sello del sitio de salida y de llegada, pero, a partir de Sarria, hay que poner, también uno de un lugar intermedio. Al final del Camino, en la Oficina de Atención al Peregrino en la Rúa del Vilar, te dan el certificado de haber completado el camino, con el sello de la Catedral.

El hecho de iniciar el camino en Sarria, surge por dos motivos, se completan los últimos 100 Kms. y existe un tren nocturno desde Madrid que te deja en Sarria, por lo que existe conexión directa desde Madrid.

Una amiga me acompañó toda la ruta, y otra, decidió que era mejor esperarnos directamente en Santiago, para llegar más descansada y apuntarse directamente al "tour cultural-gastronómico".

Mi idea del viaje era disfrutar del Camino, viendo los paisajes, yendo despacio y sin agobios. Por eso reservamos los hoteles de las llegadas (Fueron hoteles de precio moderado), y contratamos un servicio de desplazamiento de maletas por tres euros, te transporta la maleta de un lugar a otro (transportes David), nosotros sólo acarreamos la mochila con lo que necesitábamos en el día.

 Si no lo llevas reservado, te toca madrugar cada día e ir corriendo para tener sitio en el albergue (en semana santa y en verano, se forman unas colas impresionantes). En ese caso, fuerzas el músculo, surgen las ampollas y no disfrutas del paisaje. Si transportas tu peso, debes llevar lo mínimamente imprescindible, dos piezas de ropa y muda, irlas cambiando y lavando, y poca cosa más, salvo que pertenezcas al pueblo Sherpa (transportan su propio peso, yo los he visto por el Khali-Gandaki trasportando vigas cruzadas de madera de un metro y medio), en caso contrario, lo acabas pagando en la espalda y las rodillas. Para evitar las ampollas es fundamental llevar botas de montaña, nunca zapatillas de deporte, y para evitar lesiones musculares, hay que tomar azúcar y comer (nada de "dietas vulkan"). Es fundamental, parar de vez en cuando, comer y dormir.

En definitiva, la idea era disfrutar del camino, haciendo un esfuerzo llevadero. Si se lleva poco peso, se come, se para y se duerme, se puede completar el camino sin nigún problema y con un cansancio grato.

Como ya dije, cogimos el tren nocturno de Madrid (Chamartín) que llegaba a Sarria. Llega aproximadamente a las 7 de la mañana y sale a las 22:30 h. Yo cogí un compartimento para mí con literas, para aprovechar la noche y dormir. Me salió caro, pero, ya he dormido muchas veces en refugios y en tiendas de campaña, escuchando a la Orquesta Sinfónica del Ronquido del montañero, y al final en las ascensiones lo he acabado pagando. Ya dije, a disfrutar del camino. He de decir, que para el precio que pagué, me esperaba un compartimento como los que tienen los trenes del Canadá, con un baño, algo de espacio, tampoco pretendía el "Orient Exprés", pero si algo en consonancia con el precio. Las celdas de la prisión de Soto son más grandes y tienen cuarto de baño. En este caso el cuarto de baño está fuera y, es mejor el de cualquier chiringuito de los Sanfermines. La sábana está sujeta con un cinturón, y cuando me subí descubrí porqué.

A las tres de la mañana, me despertó una voz, llamando al compartimento y diciendo "¡Luis!, ¡Luis!" Me desperté y contesté cabreado: ¡Ni soy Luis! ¡Y no tengo ninguna gana de serlo!. La voz pidió perdón y se alejó.

A las 7 llegamos a Sarria, desayunamos en la estación, pusimos el sello de la cantina de la estación, dejamos la maleta con una etiqueta para que la recogiesen y la trasportasen al hotel de Portomarín. Comenzamos a caminar de noche, yo llevaba un frontal y preguntando a la posadera de la estación y a otros que salían, pudimos encontrar el camino, Esta primera etapa era de 23 Kms. de Sarria a Portomarín, transcurría por una serie de aldeas,  a las que es difícil acceder por carretera y que sólo a través del camino puedes verlas. En Ferreiros, paramos a tomar una tortilla y chorizo de pueblo y llamamos a los que sabíamos que estaban trabajando (era lunes), para comentarles cómo apurábamos las cervezas y las viandas. Finalmente, traspasamos el río Miño a través de un puente medieval y en la cima de un pequeño montículo, se hallaba Portomarín. Este pueblo, cuando se construyó el embalse quedó bajo las aguas, trasladándose los monumentos más importantes como la iglesia de San Nicolás, de San Pedro, el Pazo de Berbetoros, y del Conde Da Maza al pueblo que se asentó en la cima. Cenamos en un Restaurante con un mirador espectacular abierto hacia el río Miño, tomamos una chuleta gallega que se deshacía en la boca. La plaza del pueblo estaba llena de peregrinos y reinaba un ambiente muy agradable. Estuve hablando con una alemana de Munich, que venía andando desde Burgos, si bien, ese día le tocaba descansar.

La 2ª etapa fue de Portomarín a Palas De Rey (25 kms). Esta fue la etapa que menos me gustó, trascurre mucho tiempo al lado de la carretera, si bien, puedes pararte y ver el cruceiro de Lameiros del Siglo XVI y algunos pueblos como Ligonde, En el camino vas hablando con peregrinos de otros países y de otras regiones. Por ello, resulta, asombroso, que muchos carteles estén en gallego, (se imaginan que en un lugar turístico de Gran Bretaña o Irlanda, los carteles estén gaélico o en Canadá en idioma "inuit"), por eso, no los lee nadie. Lo comprobé personalmente, los españoles y extranjeros leían dos letras y se iban (hubo un extremeño que dijo textualmente: "...que lo lea su p... madre"). Lo curioso es que había una casa donde había dormido Carlos I en Ligonde, pero, si leías el cartel, como estaba en gallego, parecía que el que había dormido era Carliños Brown. Comimos en Rua el menú del peregrino (sopa y zorza) y llegamos a Palas de Rey. En Palas de Rey dimos una vuelta y vimos la Iglesia de San Tirso.

La 3ª Etapa era de Palas de Rey a Arzúa en Coruña. 30 kms, la etapa más larga, si bien, se pasa por aldeas muy bonitas y lejos de la carretera, salvo la llegada a Melide. En Melide paramos a comer pulpo, gambas al ajillo y ribeiro. Había otra peregrina de Cádiz que viajaba sóla, la invitamos a vino y estuvimos hablando. Era nuestra EPO particular, con ese chute de pulpo y vino, había que llegar hasta Arzúa. Había unos andaluces, que preferían hacerse porros, a lo mejor es que seguían los consejos de Machado: "se hace camino al fumar".Ese día nos llovió algo y a mi compañera se le hizo dura la ruta. Por cierto en esa etapa, hubo un autobus de aragoneses que llevó a la gente hasta el inicio del camino y luego la recogió en Melide, para llevarlos a Arzúa en autobús. El día que llegué a Santiago los ví recogiendo el certificado. No lo entiendo, es absurdo, si no has hecho el camino del tirón, para que quieres un certificado de un camino del que te has saltado tramos. En Arzúa, comimos muy barato y bien en el Mesón Venus. El queso de Arzúa es totalmente recomendable, muy suave.

La 4ª etapa de Arzúa a Pedrouzo es de 20 kms. y muy asequible. Llegamos a la hora de comer, visitamos la iglesia y cenamos en un bar típic,o Babilla a la brasa, con patatas y ensalada, vino y sendas tartas, más una que nos regalaron de orujo (10 euros por cabeza). Es el bar de los lugareños, no vimos a ningún peregrino. Parecía cutre, pero se comía bien, lo recomiendo, no recuerdo su nombre. La mayoría de los peregrinos se encontraban viendo el fútbol.

La última etapa es de Pedrouzo a Santiago (20 kms). Nos levantamos más temprano para llegar cuanto antes, hay que tener cuidado, porque salvo en Lavacolla, no encontramos un lugar donde poner el sello intermedio. El camino rodea el aeropuerto. En el monte del Gozo, hay una estatua dedicada a Juan Pablo II (he de reconocerle que me reconcilió con el Papado, tras Pablo VI), donde se reúnen todos los peregrinos con los que has coincidido durante el camino para luego iniciar la bajada a Santiago. Ahí coincidí con paisanos extremeños, una americana de Michigan (a la que recomendé el pulpo y le gustó), una profesora americana que había venido a practicar el español y, no podía porque todos le hablábamos en inglés; en definitiva, un ambiente variopinto.

La entrada a Santiago se hace larga.Se entra a Santiago por la via das concheiras y la Rua de san Pedro. Al llegar, pedimos el certificado y oramos ante el apóstol. De ahí al hotel, donde nos esperaba nuestra amiga que había llegado en avión. Mariscada en el Fornos, siesta y luego Santiago "la nuit". Misión cumplida.

En definitiva, recomiendo hacer el camino, porque si se toman ciertas precauciones, el camino es agradable, conoces gente, comes y bebes bien y te lo pasas estupendamente.

PDTA: Lo peor de Santiago, es "el individuo" que toca la gaita en la Plaza del Obradoiro. Cuando llevas 20 minutos oyéndolo, te entran ganas de incinerarlo.

FDO: EXCMO. SR. MARQUES DE CORDOBA

2 comentarios:

  1. qué chulo! te dan ganas de hacer el Camino, o al menos esa parte!
    qué inteligente esa amiga que fue en avión .. jajaja!!!

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    1. Y encima quería recoger el certificado porque le habían sellado la salida en Barajas.

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