miércoles, 21 de marzo de 2012

La ciudad perdida

Estimado y único lector:

Hoy hablaremos de viajes. Un viaje que recomiendo es la ruta de la ciudad perdida en Colombia. Este verano estuve con unos amigos en Colombia y una de las finalidades principales del viaje era visitar la ciudad perdida.

Viajamos en Avianca, e hicimos una pequeña escala en Bogotá. Salimos por la noche por las calles de Bogotá, Estaba, prácticamente desierto el centro de Bogotá, no había coches aparcados. Nos comentó un nativo de la ciudad, que el motivo era muy simple, si dejas el coche aparcado te lo roban. Vimos la catedral iluminada por fuera y, seguidamente, nos fuimos a acostar.

Al día siguiente fuimos a Santa Marta (ya sabéis la canción, "Santa Marta no tiene tren, pero sí que tiene tranvía".) El pueblo de Santa Marta, es la población punto de partida de donde salen las expediciones a la ciudad perdida, ya que se halla junto a la Sierra Nevada, dentro del parque natural Tairona.

La ciudad Perdida o Teyuna, es una ciudad fundada por los indios Taironas. Curiosamente, fue descubierta en la década de los años 70 del siglo XX. La descubrieron los cuáqueros o "buscadores de tesoros" , que eran los que vivían del oro o de los yacimientos arqueológicos que expoliaban y vendían al mejor postor.

La ruta dura 6 días, aunque nosotros la hicimos en cinco días. Para hacer la ruta es necesario contratar un guía, ya que has de atravesar la selva y vadear ríos con mucho caudal como el río Buritaca.  Nosotros fuimos con la agencia Turcol.

La ruta no es peligrosa, no vimos ningún animal peligroso o serpiente. Sí que se ven durante todo el camino las hormigas cortadoras de hojas. La ausencia de animales peligrosos deriva de que en dicha selva se encuentra el batallón de montaña de Colombia, entrenado por USA como consecuencia del plan Colombia, y el paso de helicópteros ahuyenta a los animales. En Costa Rica, vi más serpientes venenosas que en esta ruta. Por ello, no es una ruta peligrosa, es asequible, pero es exigente, ya que al no tratarse de un camino al uso, hay que vadear y atravesar ríos que te llegan hasta la cintura.

Es una ruta espectacular, porque todavía conserva el encanto de los bosques que no han sido hollados por el turismo en masa. Yo que he hecho el camino inca, me parece mucho mejor esta ruta que la del camino inca, ya que el componente de aventura que aún conserva y la escasa gente que transita por este lugar le hacen uno de los pocos lugares que aún conservan encanto para el viajero. Además, a diferencia del Machu-Pichu, para llegar a la ciudad perdida, tienes que hacer necesariamente una ruta de tres días de ida andando (sin contar la vuelta), si no, no la puedes ver, en cambio a Machu Pichu, se puede llegar en tren y en autobús, por lo que está totalmente masificada, y le hace perder el encanto a esta última. Aún recuerdo la última vez que estuve en Machu-Pichu, subí al Huayna-pichu (la montaña que está pegada a Machu-Pichu) y había tanta gente, que no podía atravesar la cueva que llevaba a la cima, parecía el Rocío. En cambio, en la ciudad perdida había 20 personas visitándola.

La ruta se inicia en Puerto Machete, un pueblo de pocas casas aislado en la montaña, con un sólo bar, donde las gallinas se encuentran picoteando por el suelo. Todos los habitantes del pueblo llevaban un machete que les llegaba hasta el muslo, supongo que de ahí viene el nombre. Desde Santa Marta se llega a Puerto Machete en "todoterreno", ya que hay que atravesar el parque Tairona por carretera y adentrarse por una pista durante tres cuartos de hora por la sierra nevada. El viaje en todoterreno fue duro, ya que no se encontraba en buen estado, ni el vehículo, ni el camino. De hecho, tuvimos que parar alguna vez y rodear el centro de Santa Marta, ya que el conductor no tenía "piquiplaca" (permiso para atravesar el centro de Santa Marta) y, la gasolina que ponía al vehículo no era de gasolinera, sino de contrabando, paraba en un bar de carretera y el del quiosco le llenaba el depósito con una garrafa.

Nuestras mochilas las llevaban unos burros, y el resto lo acarreábamos nosotros. La ruta tiene fuertes desniveles, y al tratarse de zona selvática, se está constatemente sudando, por lo que acabas con la camisa empapada. También se empapa la camisa con las fuertes lluvias que caen. Hay muchos mosquitos que te taladran las piernas. Lo bueno es que los campamentos para dormir se hallan al lado de los ríos, por lo que se duerme fresquito y no se oyen los ronquidos de los compañeros. En el primer campamento se duerme en hamaca, con mosquitera y techado, en los siguientes en camas con mosquiteras, allí tomábamos una sencilla comida o frugal cena, que devorábamos a causa del apetito que abre el esfuerzo.  A diferencia de otros viajes en que duermes en tiendas de campaña o refugios, pude descansar estupendamente. De vez en cuando parábamos a tomar alguna fruta y descansábamos, la fruta que te daban los guías era de la mejor que he probado, no sé si era por la sed o porque las piezas eran buenas, pero, ni el mejor plato del Ritz hubiera mejorado su sabor.

En la ruta se pueden ver a los indios que ocupan las tierras, con sus chozas y sus animales, estos indios no son los taironas, ocuparon estas tierras con posterioridad a la extinción de los taironas, los fundadores de la ciudad perdida.

El tramo final, después de haber vadeado varias veces el río Buritaca, es el más duro, ya que hay que subir 1.200 escalones (se aconseja no contarlos) y tras el último... ...se llega a la ciudad perdida. Según se cuenta esta ciudad tenía un carácter sagrado, y de hecho, se podía observar que a un lado se hallaba el sol y al otro la luna (el día era tan claro que se veían perfectamente ambos astros). Los conquistadores españoles nunca pudieron conocer la existencia de la ciudad y el pueblo tairona se extinguíó a los pocos años de la llegada de los españoles, desconociéndose la causa (se barajan varias hipótesis). Las ruinas descansan en un paraje espectácular encajado en la montaña selvática y la ruta, mecerece la pena.

Además la zona no es peligrosa, es el sitio más controlado de Colombia. La guerrilla ya no está allí, y la zona se encuentra controlada por el batallón de montaña. Ya han desaparecido las plantas de marihuana y de coca arrancadas por el plan Colombia. Antigüamente,  la zona estaba atestada de plantas opiáceas y había un turismo que visitaba la zona para ver incluso, ¡cómo se fabricaba la cocaína!, eso ya ha desaparecido. También la guerrilla y los paramilitares han desaparecido de allí. Es la zona más tranquila de Colombia, por lo que no hay que tener el temor de visitar la ciudad perdida.

Otro día seguiré hablando del viaje a Colombia, de otras zonas que visité.

FDO: EXCMO. SR. MARQUES DE CORDOBA

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