lunes, 30 de julio de 2012

El descenso del Sella

Estimados lectores:

He estado este fin de semana en Asturias, realizando el descenso del Sella en piragua. En total son 16 kilómetros, desde Arriondas, hasta un poco antes de Ribadesella. Fuimos un grupo de amigos que nos quedamos en la casa de un amigo en Corao. La casa en la que nos quedamos es señorial, la mejor de Corao y de las mejores de la zona. El viernes a la llegada, su dueño, Javier, nos preparó unos suculentos chorizos a la sidra y otras viandas que le agradecimos con palabras y con actos, ya que vaciamos los platos con fruición. Nos acompañó, Pérez de Tudela, la leyenda.

Corao se encuentra cerca de Cangas de Onís y a los pies de Covadonga, en el inicio de la carretera de subida a los lagos. Ahora, ya no es posible subir a los lagos en coche, es necesario, coger el autobus. Recuerdo que la primera vez que visité Covadonga, la subida a los lagos se podía hacer en coche y no había tanta gente. Pero, cada vez somos en el planeta, y más turistas, por lo que los sitios recomendables cada vez son más inaccesibles y más poblados de muchedumbre. Tampoco cabe quejarse, porque nosotros también somos turistas y muchedumbre. Lo mismo pasa en Monte Perdido.

Cangas de Onís fue la capital de España al inicio del reino de Asturias. Pelayo un oscuro conde al servicio de D. Rodrigo, a causa de que su padre fue asesinado vilmente por Witiza y por ello sirvió a D. Rodrigo y no al sucesor de Witiza, se resistió en las montañas de Covadonga a la invasión mora. En las crónicas moras, se cuenta la batalla como una incursión si importancia "contra unos salvajes", sin embargo, la historia española la coloca como el comienzo de la reconquista.

La invasión mora, apenas tuvo resistencia, ya que la clase dirigente, como es habitual y costumbre en España, facilitó la entrada de los moros (con el obispo Don Opas a la cabeza) y, a fin de conservar el poder se convirtió al Islam. Así tenemos al conde Casio, fundador de la familia Beni-Quasi. Así que si el Islam penetra en España, no os preocupéis que Juan Carlos I, se convertirá al Islam y se llamará Jem Carhlam Alí, Rubalcaba, Rub- Alí- Bal- Al -Cabí y Mariano será el Rajá Oy. Pero, os aseguro, que si hay una invasión mora, todos los diputados, senadores y miembros de las autonomías acaban con babuchas.

Fue Pelayo, con los antiguos fieles de D. Rodrigo, tras la batalla de Guadalete, quien se opone a la invasión y se refugia en los montes de los Picos de Europa. Tras la batalla de Covadonga, Pelayo se corona rey de España y establece la capital en Cangas de Onís. Posteriormente, es Alfonso I, el que establece la capital en Oviedo. En definitiva, que visitar Cangas de Onís, es visitar una antigua capital hispana.

El sábado tras desayunar en Cangas de Onís en la cafetería Covadonga, fuimos hacia la escuela de piraguismo en Arriondas a por las piraguas. Existen piraguas individuales y dobles. Yo me cogí una doble, que, siempre es más descansado que remen dos (aunque a veces, hay alguno que se deja llevar). El día era frío y llovía, lo que hizo que se remara más rápido a fin de llegar cuanto antes. El frío hace que se quemen más calorías, por lo que llegamos al final bastante agotados y con hambre, deseando cambiarnos y ducharnos con agua caliente. Los 16 kilómetros son un recorrido exigente, por lo que se puede considerar una buena jornada deportiva.

Cenamos en Casa Sánchez, en el pueblo de Tornín (subiendo hacia el puerto del Pontón) un menú no apto para anoréxicos (fabada, pote, cabrito, atún, ternera, arroz con leche y surtido de postres), todos los platos incluidos, agua, vino y casera. Creo que se le ocurrió al guionista de El exorcista la idea de hacer la película cuando dormía, después de tomar esa cena. En fin, lo que gastamos, repusimos.

Al día siguiente, desayuno en Cangas y compras. Me traje fabes, el compango, queso, cecina y corbatas de Unquera. Por cierto, hoy hemos tomado las fabes y están riquísimas. Después, vuelta a Madrid por el puerto de El Pontón y Riaño. Llamaba la atención que todo estuviera tan verde e hiciera una temperatura tan buena de 18 grados, a diferencia del calor de Madrid. El descenso del Sella es una experiencia divertida y recomendable.

Al final llegada a Madrid, con parada en el palacio de la Moncloa para besar la verja.

Conclusión: Un fin de semana divertido y fresquito. Lo siento, pero en verano prefiero el norte.

FDO: EXCMO. SR. MARQUES DE CORDOBA

No hay comentarios:

Publicar un comentario