jueves, 3 de mayo de 2012

Los Arribes

Estimados lectores:

Como avisé, me fui de puente a los Arribes del Duero. Ya había estado anteriormente en la zona de Zamora lindante con Salamanca, en aquéllas fechas visité Miranda de Douro en Portugal y monté desde el citado pueblo en el catamarán que discurre por el Duero, dentro del cañón. Visité Fermoselle, un pueblo de Zamora medieval, y me asomé a diversos miradores , como el de la Iglesia de Nuestra Señora del Castillo.

Los Arribes del Duero es un parque natural, que pertenece a España y Portugal que se forma por el cañón del Duero (las riberas del río están encajadas en un cañón que llega a alcanzar los 300 metros de desnivel). En el cañón anidan los buitres leonados, algunas aguilas, el quebrantahuesos y el alimoche.

Nos hospedamos en Lumbrales, un pueblo que sirve de puerta a los Arribes por la zona sur de los Arribes. Allí visitamos la iglesia del siglo XVI, el museo arqueológico (donde se pueden ver restos romanos y del neolítico). Después de comer de tapas, fuimos a Almeida en Portugal, a ver su fortaleza y sus iglesias, nos tomamos unas natas (dulce típico de Portugal) y su famoso café. Alguno compró un pan gigante (no sabemos si para lanzarlo y practicar con él como el discóbolo). En una de las iglesias, se nos comentó por el guía que el pelo que llevaba la virgen de las Nieves era suyo, a lo que uno de los nuestros le preguntó: ¿entonces? ¿antes no tenía pelo?. Nos miramos y nos reímos.

Almeida aún conserva un casco histórico notable y bien cuidado. De allí fuimos a San Felices de los Gallegos (ya en España), tras pasar por la fortaleza española fronteriza, para dar un paseo por el casco histórico (donde se encuentra su castillo y sus tres ermitas). Compramos "repelaos" (dulce de almendra) y "hojaldres" en el convento, como mandan los cánones. De allí a Lubrales, donde cenamos en el Mesón El Charro, tomamos un menú degustación, totalmente recomendable.

El domingo, visitamos un castro vetón (el de las merchanas) asentado en un cerro y rodeado por el río Camaces. Se encontraba en un emplazamiento privilegiado, donde se observaba la muralla perfectamente y la entrada al mismo, a la que se accedía tras traspasar un antiguo molino.

Desde la playa de "El Rostro" a la que se accede desde Corporario, cerca de Aldeadávila, tomamos el catamarán, que nos lleva a través del Cañón del Duero, a la presa de Aldeadávila. Una de las mayores obras de ingeniería europea. Desde el cañón, se observan buitres leonados y, pudimos distinguir perfectamente unos alimoches (no hace falta irse a Botswana).

A la entrada de Aldeadávila, hay una estatua dedicada a un cabrero que vivía con su familia en el cañón y, que cada vez que tenía que ir al pueblo tenía que andar 20 kms. Además, para comer, muchas veces, tenía que bajar con una cuerda haciendo "rappel" al nido del águila, para quitarle la caza (conejos, perdices) dejando algo de comida a la rapaz, para que siguiera cazando; cuando las crías crecían subía el nido más arriba y ataba las patas de las crías para que no escaparan, a fin de serle más fácil el acceso. En fin, menos mal, que esto no lo vio un ecologista que creció viendo películas de Walt Disney, sino lo hubieran multado.

Tras el paseo en barco, comimos en Masueco en EL ZEBADERO" (el nombre lo dice todo), patatas machicadas, cordero y cuchifrito, barato y bueno. Para bajar la comida, hicimos una ruta andando de 5 Kms. desde Masueco hasta el Pozo de los Humos (una cascada de agua). Luego fuimos al mirador del Fraile y al del Picón del Tío Felipe. Lo mejor de los Arribes son los miradores, ya que se pueden divisar los meandros del río y la majestuosidad del cañón.

Bajamos al poblado de Iberdrola junto a la presa y la bajada por la carretera es impresionante, ya que parece que se está transitando por un cañón pirenaico porque la carretera está rodeada de árboles de hoja caduca. Los poblados, son los que se construyeron para los empleados de la presa.

Al día siguiente, fuimos a Portugal a Pocinho, y desde ahí tomamos el tren que llega hasta Regua. El tren transita por el borde del dío Duero y es un viaje muy recomendable, se ve la naturaleza y los viñedos del famoso vino de la zona de Oporto, transcurriedo todo el tiempo junto al Duero. Comimos en Regua en un restaurante llamado O MALEIRO de comida tradicional, tomamos bacalao a la brasa y Chipirones a la brasa. Muy buena la comida.

A España entramos por Saucelles y vimos el poblado de Iberduero de Saucelles, ahora está convertido en una hospedería con casas de vacaciones, iglesia, piscina e instalaciones para los niños (no es un mal lugar para pasar las vacaciones). Subimos con el vehículo a Saucelles donde paramos en diversos miradores, para ver cómo se extendía el Duero hacia Portugal. Por el puerto de la Molinera, llegamos a Lumbrales, parando a ver el Cachón de Camaces (una cascada sobre el cañón del río Camaces).

En el día de la vuelta, vimos el castro vetón de Saldeana. Lo mejor del castro es el emplazamiento, sobre el cañón del río Huebra. En el cañón se veían perfectamente los buitres leonados.

Antes de llegar a Madrid, parada en Ledesma, pueblo medieval, donde tuvo casa Enrique IV el impotente, Beltrán de la Cueva y Alvaro de Luna. Aún conserva el casco medieval, con varias casas nobiliarias y parte de la muralla sobre el río Tormes. Allí está enterrado el Padre Petisco, el traductor de la Biblia.

En definitiva, un viaje recomendable aunque se nos olvidó pasar por Vitigudino.

FDO: EXCMO. SR. MARQUES DE CORDOBA

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