jueves, 10 de mayo de 2012

subida al kilimanjaro I

Estimados lectores:

Ayer no pude escribir por mis obligaciones, pero, tranquilos hoy de nuevo me encuentro "amarrado al duro banco" de la escritura. Como dijimos hoy toca hablar sobre viajes. Esta vez contaré mi subida al Kilkimanjaro en el techo de Africa a 5.891,80 metros. Siempre me pregunto, ¿quién se dedica a medir la altitud de las montañas?. En Nepal, hay una anciana que después de unas determinadas preguntas determina si es verdad o no si has hecho cumbre en el Everest (un método peculiar), en fin, doctores tiene la iglesia.

Fui con mi camarada Miguel y otro grupo de personas. Cogimos un avión que hizo escala en Roma, Addis Abbeba, Nairobi y, finalmente, en el aeropuero del kilimanjaro. Dos días de viaje, en fin, ... ¡lo que se hace por ahorrar!

Antes de ir, tuvimos que vacunarnos de la fiebre amarilla y tomar la profilaxis de la malaria. Si subes sólo al kilimanjaro, no es necesaria la profilaxis de la malaria, ya que el mosquito de la malaria sólo vive en zonas bajas, y comienzas a subir a partir de unos 1.700 metros aproximadamente (dependiendo de la ruta), por lo que no hay riesgo de malaria. Nosotros además de subir al kilimanjaro queríamos visitar algún parque natural, por lo que tomamos el malarone, un antibiótico, que se debe empezar a tomar un día antes de entrar en la zona de riesgo y siete días después de salir de ella. La toma del antibiótico sólo reduce las posibilidades de contraer la enfermedad, ya que lo que hay que tener en cuenta son una serie de precauciones. Sólo pica la hembra y al amanecer y atardecer, por lo que conviene evitar dichas horas y en los hoteles, hay que tener cerradas las ventanas y poner el aire acondicionado. Cumpliendo esas mínimas normas, lo más seguro es que evitéis las picaduras.

Yo de todas formas, siempre que he ido a la selva o a Africa me he llevado el radarcan, un aparato antimosquitos que tiene dos posiciones, la primera es para el aire libre que emite un sonido que imita el sonido del mosquito macho (la única que pica es la hembra fecundada por lo que al oir al macho huye) y otra posición para el interior, que emite unos ultrasonidos que paralizan a los mosquitos. Es lo único que me ha funcionado, ni el relec-protec, ni las pulseras, ni la B-1, con el radarcan, he evitado que me piquen los mosquitos. No sólo es peligroso el que transmite la malaria que es propio de las aguas estancadas, sino el que transmite el dengue, que nace en las aguas limpias, en fin, son más peligrosos los animales pequeños que los grandes (como pasa con las personas).

El aeropuerto del kilimanjaro, es de lo más bonitos que he visto (junto con el de Kansai en Japón), ya que en la pista puedes ver las acacias florecidas de color rojo. De ahí partimos inmediatamente hacia el poblado Moshi, para iniciar al día siguiente la ruta Marangu (la que llaman ruta fácil o de la coca-cola), aunque, luego veremos, la complicación de la ruta, ya que subir al kilimanjaro no es fácil. Fuimos en diciembre, una época intermedia que existe entre la época seca y lluviosa. Es una època del año en que no hay turistas y muy buena para subir al kilimanjaro. En Tanzania, como sucede con los países de la zona del Ecuador, no hay invierno, ni verano, sino época seca y lluviosa, por eso si en la zona del hemisferio sur está lloviendo en la del hemisferio norte es la época seca; eso, propicia el fenómeno de las grandes migraciones de hervíboros que pasan de un hemisferio a otro buscando los pastos que hacen crecer la lluvia. Eso sucede en el Serengueti y en el parque Masai-Mara.

De camino a Moshi, en autobús, me llamaban la atención, los baobas y los termiteros, con su perfecta construcción perpendicular al sol, que crean zonas de sombra geométrica, donde las termitas residen en las horas de mayor calor africano. El kilimanjaro es un antiguo volcán, por lo que la tierra cercana al kilimanjaro es muy fértil y de color rojo, con una vegetación exhuberante.

El viaje nos lo organizó un español que residía en Africa, que estaba casado con una tanzana y se dedicaba a organizar expediciones de caza, safaris y rutas por Africa. En aquéllos días, se centraba en Kenia y Tanzania, porque en Ruanda-Burundi, le habían ametrallado en un safari, matando al chófer, por lo que consideró que ese país era peligroso. Estaba enseñando el español a los tanzanos, y algunos de ellos trabajaban para él.

Las ciudades africanas cercanas a la selva, no son bonitas. A Africa hay que ir a ver la naturaleza, las nuevas ciudades han dejado de ser los poblados antiguos africanos y se parecen más a las construcciones que uno puede ver en la Cañada Real  o en la Rasilla, de contrachapado y llenas de desperdicios.

La noche de Moshi, dormimos en un hotel normalucho, similar a una pensión española. Esa noche negociamos la propina y lo que debíamos pagar a los`porteadores del poblado. Teníamos que pagar unos 80 dólares por persona. Todo ello, después de una hora interminable en que el organizador hablaba en Suagili y yo sólo veía alaridos y gritos por parte de los porteadores; yo pensaba, nos quedamos sin subir... ...pero al final todo se solucionó.

A la mañana siguiente, estuve hablando en inglés con un habitante de Moshi en el hotel y le pedí consejos para subir al kilimajaro, y él me dijo, ¿Quieres subir al kilimajaro fácilmente? sígueme... ...yo pensé... ...este me va a dar una hierba para el mal de altura o algún brebaje... ...si me veo mal me lo tomaré... ...al final...  ...me llevó a una maqueta de 2 metros del kilimanjaro que había fuera , donde venían marcados los caminos y subimos a la maqueta por la ruta Marangu los dos a la cima, al llegar arriba el hombre de Moshi se puso a cantar en Suagili y yo entoné una canción de Extremoduro (para seguirle el rollo). Bajamos y me dijo.. ...ya has subido al Kilkimanjaro, ¡Enhorabuena!, yo le dije y... ...gratis... y nos echamos a reír. Ahí me dí cuenta, que el pueblo Moshi tiene sentido del humor y que se ríen de los occidentales y no entienden qué podemos buscar arriba en el kilimanajaro, donde sólo habita el cuervo de cuello blanco (como me dijo un porteador).

Al llegar a la Marangu Gate (una puerta de entrada al parque), pedimos los permisos y esperamos a los porteadores. Llegaron 2 horas tarde... ...hubo algunos que se impacientaron... ..yo no... ...cuando salgo de Europa y voy a determinados países... ...ya sé lo que toca... ...pagar el impuesto de salida, sobornar a funcionarios, gastos imprevistos, retrasos. Así que ya estoy acostunbrado para cuando España llegue a esos niveles. Recuerdo en Perú, que el avión llegó a su hora y el autobús que nos recogió llegó tarde porque se había extrañado de que el vuelo llegara a su hora y, daba por hecho que llegaría tarde.

El problema de viajar a Africa a subir al kilimanjaro es que además de la ropa de verano, ya que está en el trópico y atraviesas el valle del Rift (por debajo del nivel del mar, calor extremo), tienes que llevar el equipo de alta montaña, ya que en la cima las temperaturas bajan de los cero grados. Por lo que el saco de dormir que hay que llevar es de invierno (de -5º al menos) y, algún pantalón de montaña de invierno y plumas de alta montaña, para las paradas finales, más ropa de lluvia para atravesar el bosque lluvioso. Nosotros en el hotel dejamos la ropa de verano y subimos lo imprescindible. Tampoco hay que cargar a los porteadores con mucho peso.

Llegaron los porteadores, y a mí no me parecieron más de cuatro. Nos dijeron que dejáramos las mochilas que ya llegarían los demás. No quiero hacer comentarios racistas, pero una vez que inicié la ascensión, como todos eran negros, a mí me parecía que sólo veía al mismo porteador llevando las cosas. Pero como os contaré luego, al terminar la ascensión y llegar de nuevo a Marangu Gate, había 80 personas del pueblo Moshi, que decían que habían ido de porteadores, cantando y pidiendo la propina.

Los porteadores hablan suagili, una lengua, cuya pronunciación, al menos fonéticamente, es muy parecida al español. Algunas frases son "Yambo Rafiki" : hola amigo, "Hakuna Matata": Sin problemas, y la más usada en la subida , "pole, pole", despacio, despacio, recomendación empleada para subir despacio pàra evitar el mal de altura. Yo le enseñé a uno a decir: ¡Qué pasa tronco!, se llamaba Toyota, y le pusieron ese nombre porque a su padre le gustaba el coche Toyota. Otro se llamaba Yuma, y le pusieron ese nombre porque su padre tenía unas zapatillas Yuma. No es tan extraño aquí en España al hijo de Rosa Conde le llamaron Vladimir, por Lenin. (yo prefiero Toyota).

En definitiva, creo que lo que es la subida en sí, debido al tiempo, para que este artículo no sea demasiado largo, lo dejaremos para otro día.

FDO: EXCMO SR. MARQUES DE CORDOBA,

No hay comentarios:

Publicar un comentario